Por Katherine Rojas Jara, Nutricionista Pediátrica

¿Qué es la alimentación Complementaria? Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la alimentación complementaria es el proceso por el cual se le ofrece al lactante alimentos sólidos o líquidos, distintos de la leche materna o fórmula láctea, es decir, a partir de los 6 meses (y junto con otros hitos del desarrollo) el bebé iniciará la ingesta de alimentos distintos de la lactancia.

¿Cómo se relaciona este hito con los Hábitos alimentarios? Durante el primer año de vida, el lactante inicia la formación de hábitos y preferencias alimentarias, por ello, una alimentación complementaria adecuada tiene un papel formativo y social, además de cubrir las necesidades energéticas-nutricionales, en el que tendrá su primer acercamiento e interacción con los alimentos, el principal combustible para el funcionamiento del cuerpo.

Los alimentos a partir de ese momento ingresarán a su vida y estarán presentes durante toda ella, es decir, iniciarán su alimentación y jamás dejarán de alimentarse, por lo tanto, es crucial cómo abordamos ese primer acercamiento con los alimentos.

La base para incentivar una buena relación es a través de la Alimentación Perceptiva, la que se basa en las señales de hambre y saciedad emitidas por el lactante/niño, el reconocimiento de las mismas y la respuesta acertada del cuidador, y finalmente la reacción del niño. Llevar a cabo una alimentación perceptiva implica a los cuidadores como protagonistas y responsables, donde la clave principal es “Siempre ofrecer, nunca obligar”. 

Las experiencias sensoriales sobre los alimentos empiezan en el útero y continúan durante la lactancia materna, puesto que los sabores de los alimentos que comen las madres se transmiten a sus lactantes. Este hecho, y una alimentación complementaria adecuada, pueden desempeñar una función importante en el establecimiento de las preferencias alimentarias y el control del apetito.

Alentar a los niños a que tomen diferentes alimentos saludables mediante una exposición repetida y positiva a nuevos alimentos, y a que observen a los cuidadores y los miembros de la familia disfrutar de ellos, son estrategias que contribuyen a establecer buenos hábitos alimentarios en los niños y sus familias.

Es importante que los cuidadores comprendan que los lactantes tienen una capacidad gástrica limitada (tamaño de su estómago), por lo tanto, necesitan ser alimentados con porciones y volúmenes apropiados a su edad y etapa de desarrollo, con la frecuencia necesaria para satisfacer sus necesidades nutricionales.

Referencias Bibliográficas

Asociación Española de Pediatría. Recomendaciones de la asociación española de pediatría sobre la alimentación complementaria [Internet]. 2018.

Disponible en https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/ recomendaciones_aep_sobre_alimentacio_n_complementaria_nov2018_v3_final.pdf

Moreno JM, Galiano MJ. El desarrollo de los hábitos alimentarios en el lactante y el niño pequeño. Sentido y sensibilidad. Revista Pediatría de Atención Primaria 2006; 8(1): 11-25.

ESPEGHAN. Consenso de alimentación complementaria de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, hepatología y nutrición pediátrica: COCO. 2023

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